Al finalizar el profesor me pregunta cómo voy con la materia y me da algunos consejos, no sé qué espera de mí, en cualquier caso fui lo más amable y emotivo que pude (espero nunca pasarme con esto y ser malinterpretado).
Después de almorzar me senté en una mesa a estudiar solo, una mujer se sentó en una mesa cercana a la mía, tenía una apariencia con la cual muchos hombres se sentirían nerviosos e intimidados, yo solo sabía que estaba frente a una mujer verdaderamente atractiva, me miraba con ciertos intervalos como para que no me diera cuenta que lo hacía, momentos después me pidió un cargador de celular aunque no pude ayudarla con eso, quizás solo busca una excusa para hablar conmigo porque seguía mirándome como si tuviera la intensión de hacerlo, no es raro que las personas tengan, sin ninguna razón, un sentimiento de familiaridad conmigo, sin embargo no es usual que yo lo tenga hacia ellas, pero aunque quisiera hablar, a la hora de hacerlo nunca logro pensar en un tema que pueda acercarnos, así que para evitar este dilema mejor sigo estudiando.
Al dirigirme a las puertas de la universidad me doy cuenta que fue un día como cualquier otro, no sucedió nada que me hiciera romper ese sentimiento de indiferencia que me separa tanto del mundo y las personas que me rodean, otro día que se archivará en la lista incontable de días en los que nunca vuelvo a pensar, seguramente mañana ya lo habré olvidado, así como aquella mujer también me habrá olvidado a mí.
Después de almorzar me senté en una mesa a estudiar solo, una mujer se sentó en una mesa cercana a la mía, tenía una apariencia con la cual muchos hombres se sentirían nerviosos e intimidados, yo solo sabía que estaba frente a una mujer verdaderamente atractiva, me miraba con ciertos intervalos como para que no me diera cuenta que lo hacía, momentos después me pidió un cargador de celular aunque no pude ayudarla con eso, quizás solo busca una excusa para hablar conmigo porque seguía mirándome como si tuviera la intensión de hacerlo, no es raro que las personas tengan, sin ninguna razón, un sentimiento de familiaridad conmigo, sin embargo no es usual que yo lo tenga hacia ellas, pero aunque quisiera hablar, a la hora de hacerlo nunca logro pensar en un tema que pueda acercarnos, así que para evitar este dilema mejor sigo estudiando.
Al dirigirme a las puertas de la universidad me doy cuenta que fue un día como cualquier otro, no sucedió nada que me hiciera romper ese sentimiento de indiferencia que me separa tanto del mundo y las personas que me rodean, otro día que se archivará en la lista incontable de días en los que nunca vuelvo a pensar, seguramente mañana ya lo habré olvidado, así como aquella mujer también me habrá olvidado a mí.
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