jueves, 24 de septiembre de 2020

El umbral de Carlos Andrés Valencia Peláez

Extrañas circunstancias le alejaron. No fue el único que debió marcharse. Todos recibieron la instrucción de partir. Sin embargo, percibía que este evento le resultaría muy particular, aunque no comprendía la magnitud.

Al principio, le sobrevino una sensación de alegría por apartarse de la rutina, de la obligación de repetir saludos, muchos de los cuales perdían su significado. También le satisfacía la posibilidad de explorar otros lugares, de tomar distancia con respecto a este espacio físico que ya no le resultaba tan interesante. Asociaba este sentimiento con el que aparece cuando mengua el deseo en una relación amorosa y se cree que la llama sólo avivará en otra parte.

Como es natural en la esencia humana, desde su nuevo destino en vez de disfrutar ese supuesto placer que neutraliza preocupaciones, se despertaron visiones. El juego de imágenes dispersas convergió en una sola.

En ella un lector apasionado, que tenía el gusto de avanzar varias páginas cada mañana, alzaba su mirada y advertía el antiguo lugar, pero con una novedad. Ahora se convertía en un escenario enigmático, virgen, prístino.

Los prados donde trinaban las aves migratorias y chillaba la ardilla residente ya no se tornaban en lugar de paso sino más bien en un maravilloso paraje de avistamiento. El juego de árboles se revelaba como un laberinto del cual no era conveniente salir.

Observó formas humanas. Algunos rostros le resultaron familiares pero en general le despertaron una inmensa curiosidad. Entonces un cuadro robó su atención. Una abuela con su nieta caminaban por su lado. De pronto la anciana se detiene y le pide a la pequeña que se tomen una selfie para demostrar que habían estado allí.

Sintió como un golpe en la cabeza este cuadro porque no era fruto de sus pensamientos, sino el vivo recuerdo de algo vivido años atrás.

Comprendió que cuando fuese posible el retorno, al ingresar al campus, no cruzaría una portería sino que haría tránsito liminal por un umbral.

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