lunes, 31 de agosto de 2020

Perspectivas traspuestas de Santiago García Rendón

Jueves, 10 de abril, 2014

Hoy hacía calor, los rayos de sol alumbraban por doquier, las hojas del árbol de Mulí que está detrás del bloque de artes, se veían más verdes que de costumbre, me detuve a observar mientras iba a la clase de integral. Cuando salí, vi el guayacán que está justo al frente del 12, lleno de flores amarillas. Entusiasmado fui a la biblioteca para estudiar un poco, encontré una exposición de membrácidos, había uno con forma de ce y colores vivos, me pareció sorprendente. Después fui a otra clase, creo que las matrices son como un jueguito. El día estaba marchando bastante bien, hoy le sonreí a alguien que me llama la atención, me entristeció tanto, él no mostró reacción alguna.

Jueves, 10 de abril, 2014.

Creo que fue una pésima idea usar una camisa de mangas hoy, me estoy derritiendo, en el laboratorio obtuve un porcentaje de error de 50% en un experimento con glicerol, tal vez tenga que repetir la práctica. Admito que últimamente no he tenido buenos resultados. Olvidé que tenía un libro de reserva prestado y me cobraron una multa carísima, creo que la biblioteca vive de ellas. Además de la multa, boté mi carné, y tendré que sacar uno nuevo, con todos estos gastos, no sé cómo llegaré a fin de mes. Las operaciones con matrices me aburren demasiado, sin embargo al final de la clase de álgebra, me di cuenta de que no había sido del todo un mal día, hace días que vengo mirándolo y hoy finalmente me sonrió.

sábado, 29 de agosto de 2020

Decanatura del lavado UN de Juan David Suaza Vasco

Dominio intrínseco en el arte del lavado. Botas de caucho, trapo rojo, camisa a cuadros, olor a cigarro y café. Más de 40 años en el campus, desde la época en que cabras y vacas estaban pastando libres en los prados que lindan con el cerro el volador. Cuando se podía disfrutar de un tamal campesino en una casa rural ubicada al interior de la universidad. El “pispo”, ese personaje de lengua larga que asemeja un Gene Simmons colombiano, de conversación gaga y amena, de sonrisa con caja-puente, con manos de aquel que ha trabajado arduamente con su físico. Se le observa en su continui modus operandi, mimetizado en el “arboretum” del campus, entre filas de cafetería buscando su café matutino y el primer cliente del día. Ahora es cada vez más complejo hallar su dosis de nicotina, pero el pispo se adapta como organismo modelo del “Origen de las Especies (C. Darwin)”, moviéndose entre las ventas clandestinas de cigarros de los estudiantes dedicados al rebusque, a la economía de combate. En los huecos de sus “prácticas” de lavado, el pispo se mete su pucho de tabaco en la boca para aguantar hasta 8 horas diarias haciendo su oficio de limpieza, en medio de ese espacio lleno de estudiantes y profesionales, profesores y administradores, visitantes y fantasmas. En la voz del pispo: “¡que más profe!”, “¡dotor, dotora! venga le dejo ese carro como una nave…”

Al final del día un grupo de docentes, investigadores, administradores y estudiantes reciben de sus manos las llaves de sus “naves”, piloteadas y puestas previamente en manos del decano del lavado, del “pispo”.

Y cuando el sol comienza a caer al occidente del valle del Aburrá, entre la comuna 13 y la comuna 8, una fila de carros relucientes sale de la U por la carrera 65, reflejando el sol de la eterna primavera en vidrios y espejos. Mientras tanto el pispo se pierde entre el ruido y el flujo de la calle Colombia, se desvanece en el smog, en el tiempo, mutando en un personaje eterno, inmortal para aquellos que en su memoria conservan recuerdos de su paso por el campus de la UN “El Volador”.



viernes, 28 de agosto de 2020

Naranja de Laura Gaviria Vargas

Nos llena de sosiego escribirte esta carta.
Largos meses vagamos por varios municipios. Nos quedamos en penosos hoteles y estuvimos sin raigambre alguno antes de llegar aquí.
Ahora es septiembre; desde marzo estamos viviendo indefinidamente en una casa antigua de sólo dos habitaciones.
Nuestros días se pasan entre fértiles y espesos montes. Silenciosos, pero llenos de nebulosos y encantadores rumores.

Hoy, alejados de la grave situación política de nuestro pueblo, nos sentimos tranquilos. A menudo pensamos que no deberíamos pensar en lo que pasó.

La casa es de dos habitaciones y apenas tiene todos los enseres necesarios para las tareas diarias. Cerca hay árboles frutales y con el poco dinero que aún mantenemos, conseguimos dos cabras, gallinas y semillas para cultivar nuestro propio sustento.

Estamos decididos a permanecer fuera del panorama por las múltiples amenazas. Nos perturba el sistemático transitar de las avionetas a altas horas de la madrugada antes levantar el alba.

Nuestra situación está mejorando.
Los últimos meses hemos vivido en la calma de las tareas domésticas, cultivando la huerta, cuidando a los animales y dedicados a los pocos libros que siempre nos acompañan.

Estoy embarazada y llena de esperanza.
Creo que tiempos mejores vendrán pronto para nosotros.
Te queremos.
Esperamos que entiendas nuestra intermitencia.
Dale abrazos a los pequeños de nuestra parte.
Por el momento es mejor que no sepas nuestra ubicación.

Esperamos pronto saber de ti.


II. 


No nos sentimos bien. 
Estamos inquietos porque las crías de los animales están presentando deformidades extrañas. Los abortos espontáneos de fetos amorfos son cada vez más frecuentes. 
Las plantas parecen no prosperar. 
La naturaleza parece morir.

Perdónanos la distancia.
No nos sentimos bien.
No ha sido fácil para nosotros.
El embarazo ha traído consigo severos dolores y me han mantenido en cama.


III. 



Salimos sólo con lo que llevábamos puesto.
El horror llegó de nuevo con su trágica bruma.
Decidimos enterrarlo y abandonar la casa.
No pudimos hacer más…

Su presencia no nos permitía continuar allí. 
Abrimos un hueco en la huerta. Lo envolvimos en mantas. 
Y lo dejamos cubierto de tierra en aquel lugar.

La desgracia llegó de nuevo

Era estremecedor míralo.
No sabemos si nos daba más asco o dolor…
Sólo sentíamos un inexplicable y profundo miedo.

Sus sebáceos pedazos de carne viva.
Débiles y dispares miembros.
Las puntas de los dedos con tiernos cartílagos repletos de amarillenta y fétida pus.

Entre los pliegues de su suave vellosidad estaba conectada la desnuda y pequeñísima cabeza por el cuello apenas perceptible. La asimetría de la boca apenas formada y de la minúscula nariz, emanaban abundantes burbujas de verde mucosidad. Por la espuma sabíamos que se prolongaban los débiles respiros de la vida de la miserable criatura. 

No lo pudimos soportar. 

A menudo pensamos que no deberíamos pensar en lo que pasó. 

Amalia Rojas, 1972.

martes, 25 de agosto de 2020

Sombra perpetua de Alejandra Zapata Tamayo

Entre las paredes se esconde, pero no huye al ser encontrado, habla por lo bajo buscando ser escuchado, dando pistas, eligiendo enviados, quiere ser merecido y deseado. Su vanidad se sonroja al contactarlo, su orgullo se turba al ser olvidado. ¿De donde viene? nadie lo sabe, más hay dos versiones muy generales. Algunos se lo atribuyen a un Dios o a dioses, a la magnificencia divina que fue concedida a sus valientes místicos; mientras otros se adjudican su origen con modestia, cual dirigente del medioevo. Claro está que algo de tal magnitud y poderío no se le podría atribuir solo a uno, sería imposible, pues ¿cómo una partícula podría llegar en soledad a ser molécula?, ni con el mayor ingenio o engreimiento se lograría justificar el acaparamiento absoluto de este, por eso, entrelazan las memorias que fueron con las que son y se proclaman como superiores ante sus iguales. Desconocen que aquel furtivo esta fuera de su alcance, pues no se puede contener a lo abstracto y menos si este es naturalmente libre. Pero poseer es la fantasía con la que jactan su engreimiento aquellos buscadores. Son ellos a quienes se les ve ostentar el saber con caminar recto y mirada altiva, cuando solo obcecan su ser a cualquier contrariedad del pensamiento que se han impuesto.

Con tal banalidad y subjetivismo, de nada sirve buscar un origen, pues aquello que buscamos solo está ahí y aunque lo sabe todo, nunca ha dado destello sobre su proceder, nos condenó al olvido su cuna. Quizás fantasea en su espera, con encontrar algo digno, pero en este mundo suena a milagro. Esta sombra que no se refleja, ni tiene forma, se ha construido una imagen. Y aunque no toma favoritos, a veces se ensaña y se divierte otorgando un poco más, mostrándose a la luz de las ideas.

Cuenta la historia que pasados los siglos existió Alguien, con modestia y amabilidad tan carente de su especie que aquella sombra se mostró intrigada. Por primera vez no era buscada aunque si aceptada. Tanto se extrañó, que se mostró a la figura con su mayor esplendor; siempre había sido ella a la que habían deleitado pero esta vez se vio en la necesidad de deleitar. Alguien al verla, con parsimonia real se paró, la observo y como el primer rayo del sol, fugaz pero certero, enarco una leve sonrisa, tan compleja, tan hermosa… tan digna. Ahí la sombra entendió que ella misma se había cegado al sentirse superior, había dejado escapar este hecho por nunca plantearse la posibilidad. Su ser se acongojo por el suceso pero se recompuso súbitamente al comprender lo que Alguien había sabido antes que ella. Era su par, su otra mitad, ella era la sombra y Alguien su perpetuidad.

lunes, 24 de agosto de 2020

Velada en la biblioteca de Daniel Felipe Martinez Gamboa

Aún veo al profesor mirarme complacido al levantarme tan rápido del puesto y entregarle las hojas del primer parcial de contratos, pero veo más clara aún la decepción en su rostro cuando adivinó en mis ojos la desidia con la que se afrontan las causas perdidas, como lo eran ese pequeño arrume de hojas cargadas de todo, menos de conocimientos.

Afortunadamente para mí, el descalabre con el tema de las notas fue general, por lo que la mayoría comenzó a cancelar sus planes de socializar las siguientes semanas para enclaustrarse en la biblioteca. Eran buenas noticias ya que desde el momento mismo en que anunciaron la apertura de la biblioteca 24 horas el plan para compensar mi terrible falta de valentía se formó en mi mente, sólo me faltaba encontrar un grupo de estudio.

Pero mi dicha, no era por el estudio, era por la posibilidad de que ella estuviera casualmente en ese mismo grupo. Casualidad que no pude haber ejecutado de mejor manera, aparecí por el costado justo cuando entre sus más cercanos se fraguaban los detalles y la fecha, y el chiste sobre la posible necesidad de proveerse de sacos de dormir, me permitió una entrada casual y más bien divertida a la discusión. Sin darme cuenta ya estaba dentro y el martes previo al parcial, pernoctaríamos en torno al código civil.

La velada se perfilaba ideal, la posibilidad de pernoctar en el campus y no como consecuencia de un viernes cultural salido de madres, no dejaba inquieto a mi niño interior, que años atrás soñaba con pasar así fuera una noche de acampada con sus compañeros en el colegio; el plus de la presencia de ella y las infinitas posibilidades que eso traía, no hacían sino darme una visión harto placentera del derecho privado.

Alrededor de las 8 fuimos llegando al segundo piso de la biblioteca, que estaba particularmente fría esa noche; me sonreí de haberme equipado del saco de dormir y sabiendo que ella llegaría tarde, comenzamos a estudiar. Yo copiaba los puntos clave que mis compañeros señalaban, y asentía serena y sobriamente con los debates que planteaban siendo bastante inútil en el proceso pero resguardo en el arte vástago que es la
retórica vacía.

El corazón se me trepó a la garganta cuando reconocí su cabello crespo subiendo las escaleras, para mi dicha los ángeles habrían querido que la silla libre fuera justamente la de mi izquierda. La incomodidad que sentí después debió ser precisamente mi corazón bajando de la garganta al culo, cuando vi que arrastraba tras de sí los crespos de su pareja, quien muy amablemente se presentó, mientras se sentaba a mi izquierda.

El resultado de mi plan no fue sino un digno 3,0, adornando mi nota final, a ella la seguí añorando con una cobardía sublime y sé que al día de hoy es muy feliz con otra pareja. Mi recuerdo durmiendo a las 3 de la madrugada en la biblioteca de la universidad, envuelto en un saco de dormir y mecateando las papas fritas que traía escondidas su acompañante, es aún uno de los más gratos que tengo de mi paso por la universidad.

martes, 18 de agosto de 2020

Visiones en el prado de Johanan Ramos Loaiza

Ayer salí de clase de historia de Colombia, la cabeza me dolía de tanto leer y pensar en la época colonial, así que me acosté en el prado y cerré los ojos; de pronto lo divise:

Veía a Juan Nepomuceno de los ríos, vecino de la ciudad de Cartagena, mientras se dirigía a su casa caminando despacio y sin ningún temor, en el año de nuestro señor de 1740 en el mes de marzo.

El venia de observar la llegada de nuevos esclavos, mano de obra buena aunque algo cara para su bolsillo golpeado en los últimos años, cuando de súbito cae una bomba en mitad de la calle; juan desorientado, herido y golpeado, se levanta y caminando rengo y lento va hacia su casa, preocupado por su esposa e hijos y posesiones; rogando al santísimo que no sean menoscabadas sus posesiones.

Resulta que había arribado al puerto, el temible almirante ingles Vernon; no obstante la preparación constante y sin parar a la que se había sometido la ciudad en los últimos meses, el arribo del almirante los lleno de temor.

Pronto llegaron los negros de Juan a ayudarlo, llevándolo en volandas a su casa, donde ataviado de su uniforme se vistió cual Adriano y surgió de sus heridas para la guerra, y al son de sus gritos sus hombres corrieron cual corceles para la batalla.

Se pertrecho en un alcazabar, donde divisaba a los descreídos del norte, y disparaba con eficacia y puntería de manera tal que cada tiro correspondía a un muerto.

Mientras tanto sus negros lucharon a sangre, sudor y fue contra los invasores. El tiempo llego y el invasor fue repelido para gloria apostólica; Juan fue premiado por el regidor, debido a sus grandes servicios y resulta valentía, con los mejores vinos, jamones y oro; y de resultas que también fue nombrado caballero.

Pero no todo fue alegría en aquel día para Juan, pues lastimosamente al llegar a su hacienda, se enteró que un negro de nombre alirio, quien había vuelto lastimosamente sin una pierna del combate (razón por la cual ya no servía para el trabajo); se había robado de la bodega una salchicha sin mediar permiso y aunque se había sido castigado, Juan no tuvo más remedio que matarlo.

En fin no todo puede ser alegría en esta vida, pensaba Juan.

Me levante con la cabeza fresca, pero lamente llena de preguntas, entre ellas ¿qué hubiera sido de mis antepasados de haber sido negros? De pronto recordé que si lo eran, me monte en la bicicleta rumbo a mi casa.

Campo tenue de Catalina Carrillo Guzman

Recuerdo cuando se ocultaba mi sombra entre la silueta de la madrugada, el camino de hormigas en el cemento moldeado, levantar la cabeza y ver las venas del cielo en forma de ramas.

Mi sombra junto con otras sombras recorremos este campo tenue, cansados, felices. Restregando nuestra forma como motín hacia estas montañas.

A las afueras hay bocas, formas individuales, simples sombras… señalando, ‘¿Cómo será físicamente?’, se dicen.
Pues mas allá de los pastizales y las rejas, la vista es de poco valor, delicada y sencilla.

En el corazón de este valle se delimitan las penumbras y la oscuridad, una oscuridad fabricada con sombras y orgullo, formas desconocidas, sombras que…

Sentados, esperan ver a Sueño a los ojos. 
Corren, para no ver el cuerpo de Desesperación. 
Abrazados, listos para la llegada de doña Muerte.

Tantas historias hay en esta negrura, de testigos esta el sol y la copa de los arboles. Historias vulgares, cómicas y privadas, contadas muchas veces e ignoradas en la madurez.

¿Lo recuerdas?

Nuestras voces hacen eco en esas bocas y parirán el viento que moverá las almas ajenas a este campo.

¿Lo recuerdas?

Arboles altos, caminos conectados y edificios vacios. 
La madrugada, el alba, los escalones y el ágora.

Lo recordamos.

Ahora es un campo deshabitado, denso, lleno de nada.

Las penumbras ya no dicen: ¿Cómo? ¿Dónde?
‘¿Quiénes?’, se preguntan. 

Recuerda.

Los recuerdos son solo eso, hasta que toda esa carne y anécdotas se unan a la memoria de los olvidados.

Recuerdos cultivados en el campo tenue.

Cheek Llarión

jueves, 13 de agosto de 2020

Mi Primera Vez de Ricardo Ramírez Naranjo

Al principio nos veíamos después de almuerzo y para ser franco me parecía muy aburrida. En el mejor de los casos su intensa palabrería me abrumaba, pero normalmente no conseguía otro efecto en mí que arrullarme. Su léxico es todo un tema, cuando se enamora de una palabra extravagantemente descomunal la usa y la reúsa hasta que su significado se pierde en los dominios de lo abstracto. Es incluso capaz de hacer lo mismo con algunas letras. Ante su cacatúesco discurso, que su apariencia sea tan hermosa como lo puede ser la naturaleza misma de las cosas me sirvió por aquel entonces para excusarme frente a mis familiares y amigos.

Con el tiempo dejó de importarme lo que pensaran los demás. Los años metabolizaron la atracción hasta convertirla en un cariño profundo, que se afianza más y más con cada nueva vez que repetimos la rutina de vernos para pequeñas reuniones de dos horitas. Es quizás por la nostalgia con la que se recuerda la primera vez, pero cuando lo pienso creo que lo que realmente me atrajo no fue su apariencia sino su energía. Incluso cuando me llevaba al borde del soponcio con su enredado ulular, incluso cuando me ahogaba entre el mar turbio de su dialéctica y aun cuando parecía traerme de nuevo a la vida solamente para confirmarme más muerto que nunca por sus palabras, con todo y eso, basta acercársele un poco para detectar la pasión que esconde detrás de una lógica que sólo es suya y de nadie más.

Ahora ya no me aburre, pero sigo sin entenderle ni una palabra.

Epílogo: 

<< La termodinámica es un tema divertido. La primera vez que pasas por la materia, no la entiendes del todo. La segunda vez, crees entenderla salvo por uno o dos pequeños puntos. La tercera vez estás completamente seguro de que no la entiendes, pero para entonces estás tan acostumbrado a eso que ya no te importa >>
 
Çengel y Boles, Thermodynamics: An engineering approach

lunes, 10 de agosto de 2020

Proyecto Cenotafio de Simón Tirado Posada

La máquina estaba casi lista, faltaban unos pequeños ajustes para cumplir su función. El fin se acercaba.

A unos cuantos metros de mi cabaña, estaba la construcción que siempre había soñado erigir: El Cenotafio, enteramente basado en el proyecto que no alcanzó a ver la luz de Étienne-Louis Boullée: el Cenotafio de Newton. Si bien, aunque fue un total plagio a su diseño, hice mis propias mejoras para convertirlo más allá de una obra arquitectónica, y ello fue una máquina que me permitiera cruzar el umbral de la vida, en donde me esperaba un mundo idealizado y fantástico, en el que por fin pudiera tener paz del mundo y sus conflictos.

Cuando mi programa me informó que el Cenotafio estaba listo, me vi emocionado al saber que el trabajo de mi vida finalmente estaba hecho.

Luego de un par de minutos caminando a través del bosque, en medio de una noche sin estrellas, logré llegar a la ubicación del Cenotafio, y mi primera impresión fue la aparición de un paisaje estelar que cubría toda su esfera gigante, un cielo estrellado que reflejaba un universo totalmente nuevo.

En ese momento, no pude más que sentir una profunda impresión ante la idea de que haya funcionado, recordando los años melancólicos en los que me llamaba loco por siquiera pensar que algo así fuera posible, pero aun así motivado a continuar con el proyecto por el sentimiento de no pertenecer a este lugar, pues aunque siempre me recordaba la frase de Gandhi en la que afirmaba que debíamos ser el cambio que queríamos ver en el mundo, realmente estaba cansado del mismo y de su gente... Simplemente, quería escapar.

Admirando la hermosa vista, me acerqué hasta el Cenotafio para entrar en contacto con la esfera, y, lentamente, intenté adentrarme en aquel universo vigoroso y pequeño, hasta que se hizo terriblemente gigantesco. En ese preciso momento, supe que había sido engullido completamente, y, a su vez, que el fin estaba más próximo de lo que pensaba. Con cierta desesperación, que iba rápidamente en aumento, sentí cómo me estaba desapareciendo lentamente, casi en una especie de desintegración física, mientras que de mí se desprendía un ser de luz, quien se notaba contento, pero a la vez nostálgico. Luego de haberse separado parcialmente, volteó y me miró directamente a los ojos, y sentí como si se estuviera despidiendo de mí, como si fuéramos amigos de siempre cuyas vidas se ven separadas por un catastrófico acontecimiento.

Después de haberse separado completamente de mí, me dio una última mirada orgullosa, y comenzó a alejarse de mi a una velocidad moderada, hasta que se perdió en el firmamento.

En cuanto a mí, lentamente fui desapareciendo en medio de este mar estrellado, hasta que, al fin, con algo de desconcierto, supe exactamente qué me esperaba: La nada absoluta.

Después de haberse separado completamente de mí, me dio una última mirada orgullosa, y comenzó a alejarse de mi a una velocidad moderada, hasta que se perdió en el firmamento.

El cruento Adiós de Carlos Daniel Corredor Salcedo

Eran las 6 de la mañana de un día cualquiera. Inoportuna pandemia, susurraba mi Hyde mientras bebía una taza de café. Pensaba en lo inhumano que es tener herida el alma al saber que la realidad había permeado mis últimas vivencias en casa. Así que, para remediar mis dolores, contacté a un viejo hermano y recreé los instantes borgianos que había alimentado mi vida.

 

Y no hubo más reparo que adentrarnos en los recuerdos. Analizamos a cabalidad las lluvias, los soles y los olores que emanaban las huelgas; mi cuerpo revestido de nostalgia remembraba la actitud competitiva de mis facultades humanas en mi facultad, a colación llegaban los balones perdidos y la lujuria del gol al romper al rival en las canchas de casa, que siempre quedarán en mí.

 

Y recordamos los rincones que nos hacían ser un patrimonio. Tanto fue, que cerrando los ojos y transportándome a sus vísceras, olvidé todo mal y peligro al que estaba sometido; sentado en un Ágora meditabunda en extrema soledad; le agradecí a la vida por haberme permitido volar entre guaduas, cotorrear en las escalas, correr en búsqueda de mis superiores, parquear mis sueños en silencio y gritar por mis derechos. Yo diría con total seguridad hermano, que el tiempo nos hace crecer de una manera insólita, pero no con ese mismo porcentaje; podría asegurar que uno se despide de las cosas que lo hicieron feliz.

 

Al terminar la taza de café y al dejar a un lado mi aparato electrónico, me levanté a seguir viviendo.

sábado, 8 de agosto de 2020

Matarifle de Elkin Dario Quintero Morales

Aunque pertenezcan a la misma materia y sean paralelos, sus orientaciones son diferentes. Ese es el significado intrínseco de las dos caras de la moneda.

Rifle, con su espíritu solitario, egoísta y asesino, disparaba silenciosamente en su libreta de apuntes, palabras medidas a su maléfico plan de exterminio de los dígitos: negando los 9 meses del embarazo; sacando del aire al Chavo del 8; eclipsando las 7 maravillas del mundo; desvirtuando la aplicación de las 6 funciones trigonométricas; discapacitando las sensaciones de los 5 sentidos del cuerpo humano; desorientando los 4 puntos cardinales; desobedeciendo las 3 leyes de Newton; afectando negativamente los 2 hemisferios cerebrales; pensado solo en 1 vida, la suya; y simplemente poniendo el 0 a su izquierda, porque para muchos, allí posicionado no vale nada.

MataRifle, el otro gemelo, con aliento simpático, más que aniquilación prefería sumergir sus letras en los encuentros de semillas que germinan a los 9 meses en orden a ser parte de 1 de los 9 planetas, y que florecen al desarrollar sus 5 sentidos en el espectro de los 7 colores del arcoíris y los acordes de las 7 notas musicales en guitarras en forma de 8; privilegiando así, espacios de socialización (la plazoleta cuadrada de 8 casillas y la media luna construidas a partir de cálculos con las 6 funciones trigonométricas) ubicados con la precisión de los 4 puntos cardinales, en donde se generan charlas infinitas durante los 7 días de la semana, a veces con 0 silencio, en torno a las 7 maravillas del mundo moderno y antiguo que han necesitado de la afinación de los 2 hemisferios de sus cerebros y el entendimiento a la perfección de las 3 leyes de Newton.

viernes, 7 de agosto de 2020

Eterna divagación de Sara Sofía Reyes Villamil

Me recuesto un rato en el pasto, con el sol directo a mi piel y siento, siento mi respiración, siento como mi piel se hace cada vez más morena, siento la picazón del pasto rosando mis piernas descubiertas, siento como mis ojos se cargan de lágrimas basales por la mirada fija al sol, como el viento alza mi falda sin descanso alguno a pesar de mi bisar esfuerzo en dejarla quieta, desisto y la dejo bailar al compás de la brisa abarrotada de contaminación, ponzoñoso aire de mi Medellín alegre, querida y perfecta ciudad; retomo mi respiración y le doy el paso al vacío, suelto la tensión del vivir, tensión de la soga en mi cuello que me ha otorgado esta vida ingrata; en medio del ruido divago en mi mente y logro desatar el nudo gordiano que se genera por el actuar de este lugar, la inagotable presión de ser calificada por un número se roba mis pensamientos diarios, ser un número, dichosa sería de ser un número, sería perfecta, podría ser irracional, racional, imaginaria, natural, real, entera; desgraciadamente no soy un número, soy una persona y lo único que espero con estar aquí es llegar a ser alguien, pero ¿Qué es ser alguien?.

La brisa trae a mi nariz olor a marihuana soltados por bocas quienes descansan del vivir, mis oídos focalizan risas, conversaciones triviales y trascendentales, oyen las diferentes ágoras de conocimiento que se forman; en medio del bullicio soy silencio otorgo mutismo a este lugar. Este lugar, donde estudiantes iluminados vagamente por la luna, cubiertos por un abrigo etílico y acogidos por el epicentro universal del
conocimiento reflejan la sociedad, un pequeño espejo donde me veo sumergida cada día, obligada a ver el desasosiego de la civilización, el agua no está turbia y no soy ciega; no soy un número ni ciega, por eso siento y siento dolor, el mejor síntoma de saber que estoy aquí y no naufraga en mi mente; este espejo también muestra el brillo de almas fuertes que luchan a papel y lápiz por un mundo mejor, todos ellos son mi esperanza de un cambio.La deconstrucción del ser que formamos en nuestra vida universitaria es la construcción de una nueva sociedad, un metamorfismo individual y de la vida en su totalidad.

Entre tanto divagar, saco el celular del bolsillo, ya es hora; camino, llego a humanas, compro mi dosis de nicotina y cafeína, perfectas para comenzar el día. Camino y pienso, respiro y existo soy mendiga que vaga de bloque en bloque, del volador al rio, entre profesores y estudiantes, rodeada de vida, en el arcoíris de energía soy un agujero negro, entre tanta compañía me siento sola, tanta tinta vomitada por mis lapiceros, tantas palabras escritas y ninguna oración me dice quién soy, solo me dan la promesa un seré.

Las largas caminatas por el campus me dan espacio para reconocerme; la afanada ansiedad de conocer la otredad evita el paso a la anhelada mismidad, comparto y vivo con otros, pero ¿Quién me conoce? ¿Quién soy? ¿Quién seré? No lo sé, pero las respuestas las encontraré en este lugar.

miércoles, 5 de agosto de 2020

Receta para gusanos en el estómago de Valentín Marín Jaramillo

Se dice que todos siempre tendremos un amor en la universidad, y claro no fui una excepción a esa regla, y es que privilegiado si me sentía, no solo de perderme en tan majestuosa figura sino que era además la excusa perfecta para dar lo mejor de mí en cada curso que tomaba para estar cerca de ella y funcionaba, las notas lo demostraban, así entre tanto algo se fue cocinando, el resultado sabia diferente a lo que normalmente uno quiere consumir y es por ello que retome todo lo que pasaba en ingredientes y escribí una “Receta para gusanos en el estómago”

Desde el alba hasta el morir de la luz de cada día retén su imagen y olvídate de ti,
Suprime tus alegrías, y aplícale gotas amargas,
Échale abundante licor por cada carencia de afecto,
Utiliza mucho amor artificial, y un tris de verdad,
Agrega sátiras a gusto y disgusto,
Métele desconfianza y posesión hasta que sientas el dominio en la receta,
Si lo ves necesario célale y evita que se junte con otros ingredientes,
Estrésate con frecuencia y échale culpa a todo el mundo,
Cocina todo a presión hasta que las cosas se pongan calientes y hagan gritar de tanta presión,
Mezcla todos tus problemas y ofrécele el resultado a quien menos lo merezca,
Cuando sientas que todo te cae mal, sabe a dolor, te revuelca el estómago y altera tus sentidos,
Estarán listos los gusanos estomacales.

Afortunadamente consumir un poco de eso me dejo con un gran promedio y reputación.

martes, 4 de agosto de 2020

UN OVNI de Andrés Otaya Burbano

Era una mañana maravillosa, el cielo estaba azul como el mar con el sol brillando en todo su esplendor, ese día sábado invitaba a hacer ejercicio al aire libre, así es que llamé a mi amigo Carlos y le propuse que fuéramos a trotar aprovechando el bello día. Luego del calentamiento respectivo comenzamos a trotar a eso de las nueve de la mañana, dirigiendo nuestro último recorrido hacia la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, para terminar finalmente el ejercicio dentro de sus instalaciones.

Acabamos nuestro entrenamiento a eso de las diez y media de la mañana, llegando a una de las plazoletas de la universidad, cerca del kiosco denominado “abejitas”, y como estábamos cansados decidimos reposar unos momentos acostados boca arriba cada uno en una banca del lugar, y cuál sería nuestra sorpresa al ver en el cielo totalmente despejado un ovni, no lo podíamos creer, pensábamos que eso sólo lo podíamos ver en la televisión, en la Internet, en las revistas, en los periódicos y no en vivo y en directo como lo estábamos presenciando.

El ovni estaba conformado por una nave en forma de regla, así rectangular, que se movía como un péndulo, la parte de arriba quieta y la parte de abajo en movimiento, estaba en posición vertical y emitía una luz blanca brillante en todo su cuerpo, a su lado habían ocho naves redondas, también bien brillantes, gracias a la luz blanca que emitían, ubicadas al lado derecho de la nave mayor, una detrás de la otra, y una más alta y las demás más bajas en orden descendente. La nave en forma de regla estaba pendulando y las naves redondas quietas. Así estuvieron aproximadamente como unos diez minutos, cuando de repente se empezaron a elevar en conjunto, la nave mayor siguiendo con el movimiento descrito, y las naves menores detrás de ella en orden y en fila oblicua. Nuestra vista las siguió hasta que desaparecieron de nuestro alcance, siempre brillando con una luz intensa y blanca.

Luego de que pasó el éxtasis de la visión charlamos con mi amigo y llegamos a la conclusión de que las naves vistas no eran de éste mundo, que eran un típico ovni sin una explicación determinada. A lo mejor correspondía a seres de otros planetas.

Por la noche mi amigo Carlos y yo estuvimos pendientes de los noticieros, de la Internet, para ver si alguien más había visto lo que vimos, y se pudieran conocer más detalles, pero lastimosamente al parecer nadie miró lo que nosotros observamos, y como en el preciso instante de nuestro avistamiento no llevábamos cámaras fotográficas o filmadoras, pues no pudimos registrar ese gran momento.

Desde ése día ni Carlos ni yo hemos vuelto a ver otro ovni, realmente esa fue una experiencia única que tal vez nunca más se volverá a repetir.

 

Magically de Luis David Libreros Ponce

You have been a valuable member of my mind and my deepest intimacies, I do not know how a person without any kind of physical relationship could have entered my mind and heart with such subtlety and beauty, with delicacy, but with steps so strong that rumble when I only hear your name. Thanks to you I was able to make my first “Friend”, however, all kinds of people can not use that word easily, it carries with it a kind of magic, which cannot be conceived, but burns and heals the whole soul.

I was able to call you "Friend" after that incident, remember? That reckless hound that yearned for my death, but you defended me, you came out of total fiction to chase away that demon from my sight, from that moment I could understand that you would be a giant member of my thoughts and reason, so I followed you. I wished you all the best in my deepest thoughts, even if I treated you with rusty words, I couldn’t open my heart and express to you how great my love for you was.

Despite all the fights and disparities, we were still together, an unreachable duo, between camping and nature outings, it could be said that there was nothing else that could not be learned that was not learned if you were not around. However, you had to grow, you had to change. This world of the devil wants us to change our purest feelings and fill them with machinery and optimization. I could only observe, happy and sad, how you ventured on the paths of knowledge and left aside the nature that you were so eager to explore with me.

You returned years later, my senses returned to see how you got off of that strange contraption at the old door, at your home. However, when you offered that slight smile to our forest, in which we always met, you were not able to see me, that innocent child that I had known many years ago had disappeared. Does this fairy no longer fit in your love and thought? Can't you feel me no more, listen to me, or even remember me?

With these last words, I say goodbye, my “Friend”, when I see you drive away across the plain with your speed gadget, I suppose that our destiny finds the stop at this precise moment. I regret your death, and for this, I direct my words to your grave, but it is not a physical grave, of course not, with the reflection that I see I'm graced, thanks to my green eyes as our relationship, of you as an entity that I do not understand, but blissful. Even so, this fairy makes your burial of her mind, I cannot bear such an imposing being over my thoughts, to walk away without any memory.

Since I magically loved you, I physically buried you.

sábado, 1 de agosto de 2020

Presentación del concurso

Este año la temática del 8° Concurso de Cuento Corto U.N. en la Web - Voces UNAL, tiene como escenario la Universidad, este espacio privilegiado para el encuentro tiene muchas historias para contar y serán ustedes que con sus letras le den vida a estas narraciones.

¡Anímate a contar esas historias vividas en la Universidad!
Recuerda inscribirte y envíarnos tu cuento al siguiente enlace: https://bit.ly/33byiIM