martes, 15 de septiembre de 2020

Incertidumbre de todos los días de Lorena Padilla Jaramillo

Una y otra vez veo como la manecilla del reloj se va moviendo circularmente en dirección de la derecha, cada vez más lento, casi pareciera que cambiara de dirección, como si por cada milésima de segundo el tiempo se detuviera y luego continuara el ritmo destinado por el universo, pero nada está bien en este preciso momento. En el camino al bloque no tenía tales dudas filosóficas del transcurso del tiempo, todo era diferente, el clima era como de un domingo por la tarde, tan perfecto que era deprimente, perfecto tono azulado en el cielo con la cantidad exacta de nubes necesarias para que la luz de la tarde se esparciera por toda la universidad toda la atmosfera generaba un silencio tranquilizador sin embargo permutó, ahora era un silencio con desazón y asfixia, todo lo incierto no parecía cobrar sentido hasta este justo momento.

Es increíble como 30 minutos en la entrada esperando en la puerta para entrar al último parcial del semestre se siente como uno de los momentos más largos de toda la existencia. Aborrezco todo de este momento, todos los colores se vuelven de un verde grisáceo, volviendo todo incluso peor, la puerta oxidada, vieja de un color aceitunado pienso que es el resultado de todas las personas que la han atravesado y han tenido que presentar el parcial una y una y otra vez hasta por fin superarlo, soy optimista y que este parcial no es la gran cosa, pero este preciso instante, aunque no sea definitivo, tú y yo sabemos que lo es todo. Las paredes se hacen cada vez más estrechas, claramente es un invento por parte de mi ansiedad, el pasillo también se llena de más personas algunas que también creo que son producto de mi imaginación porque pareciera imposible que tantas personas quepamos en tan pocos metros cuadrados.

Todos empezamos a sentir el peso del tiempo, las personas acumuladas hacen que la temperatura corporal aumente, empiezo a sudar excesivamente además de todos estos repugnantes minutos de espera, tengo que soportar las miradas y críticas de otros y sus expresiones en las mías, ¿acaso sentimos lo mismo?, ¿nos cubre las mismas penas o los mismos miedos? o solo te identifican los malos pensamientos y las criticas sin sentido.

Llega un magnífico momento en la espera en el cual me olvido de mi intranquilidad y vuelvo a respirar, desde lo más bajo de mi cuerpo hasta la cabeza como si hubiera aguantado la respiración por minutos. Pero ¿he estado respirando verdad? ¿Mi cuerpo me lo ha permitido? Siempre se me olvida respirar. Si eso se me olvida como se supone que recuerde todo el tema de un parcial. Cada teorema cada afirmación ley o axioma. Pero tampoco es que eso me haya impedido resolver alguno de los mil que ya he presentado. ¿Hoy será como siempre? La verdad tengo mucho miedo, miedo a todo lo que desconozco, pequeños futuros que se vuelven en mi constante presente, incertidumbre de todos los días. Pero es hora de presentar otro parcial y terminar este juego con el tiempo.

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